Por: HIJO DEL OCÉANO
Primera Parte
Generalmente surgen en mí una serie de cuestionamientos acerca de si tiene un verdadero sentido la educación y por ende la enseñanza.
Entonces la preocupación y la incertidumbre me invaden y hacen que me pregunte sobre el cómo, para qué y qué se puede enseñar। Obviamente, para el común de las personas puede sonar un poco tonta esta afirmación y este interrogante: ¿Qué enseñar? Y tal vez su respuesta sería la siguiente: “pues lo que normalmente se enseña en la escuela। Matemáticas, español, historia, etc.”. Y si acaso hablamos de gente demasiado tradicional, todavía muchos dirían que se debe enseñar la religión.
En fin, toda esta introducción nos lleva a decir que quisiéramos enseñar muchas cosas que aparentemente consideramos importantes en un sentido cognitivo e intelectual. Sin embargo, más que dictar unas materias formales o llenar a los chicos de información que es lo que la gente normalmente entiende por Educación, más que eso, el acto de educar y la enseñanza como un proceso son todo un conjunto de anhelos, utopías e imaginarios que quisiéramos compartir y llegar a construir con los chicos; pero lastimosamente muchos de esos ideales ya descritos son limitados, condicionados, censurados de una parte, por las mismas instituciones escolares representadas en las directivas y en muchos docentes, y de otro lado por la misma institución familiar.
Todos ellos influidos por una sociedad cerrada, todavía dogmática y tradicional como lo es la sociedad colombiana.
Este proceso de condicionamiento y censura en la escuela que viene desde fuera del país.
Es un proceso nacido en el seno de un mundo contemporáneo materialista y capitalista que solo busca la competencia entre los sujetos, y en el peor de los casos, formar personas que manden o le sirvan a otros.
Se trata de un mundo en donde la escuela y las posibilidades de compartir sueños y por ende soñar; de compartir utopías y por ende ser utópicos; de compartir anhelos y por ende anhelar; de compartir imaginación y por ende imaginar; de compartir esperanzas y por ende abrigar esperanzas, son cosas totalmente desechadas que no encajan con el rumbo que supuestamente debe tomar este pobre mundo “postmoderno”.
De estos pensamientos ha venido la idea de realizar esta reflexión sobre un tema que abriga alegría, sueños, ilusiones y todos los elementos que describía en líneas anteriores, los cuales, considero debiéramos compartir con los chicos en la escuela e incluso fuera de ella, o sea, en espacios menos institucionalizados।
Primera Parte
Generalmente surgen en mí una serie de cuestionamientos acerca de si tiene un verdadero sentido la educación y por ende la enseñanza.
Entonces la preocupación y la incertidumbre me invaden y hacen que me pregunte sobre el cómo, para qué y qué se puede enseñar। Obviamente, para el común de las personas puede sonar un poco tonta esta afirmación y este interrogante: ¿Qué enseñar? Y tal vez su respuesta sería la siguiente: “pues lo que normalmente se enseña en la escuela। Matemáticas, español, historia, etc.”. Y si acaso hablamos de gente demasiado tradicional, todavía muchos dirían que se debe enseñar la religión.
En fin, toda esta introducción nos lleva a decir que quisiéramos enseñar muchas cosas que aparentemente consideramos importantes en un sentido cognitivo e intelectual. Sin embargo, más que dictar unas materias formales o llenar a los chicos de información que es lo que la gente normalmente entiende por Educación, más que eso, el acto de educar y la enseñanza como un proceso son todo un conjunto de anhelos, utopías e imaginarios que quisiéramos compartir y llegar a construir con los chicos; pero lastimosamente muchos de esos ideales ya descritos son limitados, condicionados, censurados de una parte, por las mismas instituciones escolares representadas en las directivas y en muchos docentes, y de otro lado por la misma institución familiar.
Todos ellos influidos por una sociedad cerrada, todavía dogmática y tradicional como lo es la sociedad colombiana.
Este proceso de condicionamiento y censura en la escuela que viene desde fuera del país.
Es un proceso nacido en el seno de un mundo contemporáneo materialista y capitalista que solo busca la competencia entre los sujetos, y en el peor de los casos, formar personas que manden o le sirvan a otros.
Se trata de un mundo en donde la escuela y las posibilidades de compartir sueños y por ende soñar; de compartir utopías y por ende ser utópicos; de compartir anhelos y por ende anhelar; de compartir imaginación y por ende imaginar; de compartir esperanzas y por ende abrigar esperanzas, son cosas totalmente desechadas que no encajan con el rumbo que supuestamente debe tomar este pobre mundo “postmoderno”.
De estos pensamientos ha venido la idea de realizar esta reflexión sobre un tema que abriga alegría, sueños, ilusiones y todos los elementos que describía en líneas anteriores, los cuales, considero debiéramos compartir con los chicos en la escuela e incluso fuera de ella, o sea, en espacios menos institucionalizados।
Este es un tema que para muchos docentes, entre los cuales me incluyo, guarda a su vez toda la tristeza, la melancolía, la depresión y las crisis existenciales que son tan características de los seres humanos y que pueden percibirse de manera muy concreta en el ejercicio mismo de la enseñanza.
Me refiero a la Libertad। Sí, la libertad como ese todo que quisiéramos alcanzar pero que también, al parecer es algo imposible de lograr, de la misma manera que es imposible llegar a laverdad absoluta de las cosas y fenómenos que hacen parte de la realidad.
Me refiero a la Libertad। Sí, la libertad como ese todo que quisiéramos alcanzar pero que también, al parecer es algo imposible de lograr, de la misma manera que es imposible llegar a laverdad absoluta de las cosas y fenómenos que hacen parte de la realidad.
Sin embargo, he querido reflexionar en torno a este tema como algo que es posible construir poco a poco. En otra palabras, mi interés es el de poder demostrar al menos utópicamente, cómo es posible que se llegue a construir y por ende, a enseñar no solo el concepto, sino el valor y el anhelo de la libertad en la escuela.
Libertad que implica todo lo que el ser humano y en este caso, los chicos, quisieran llegar a ser. Se trata de esa libertad que desearía tener hasta el ser humano más lisiado por dentro.
Es así como al preguntarnos que se debe enseñar en la escuela, en el camino de una respuesta surgen también mil interrogantes entre los cuales podemos encontrar algunos en especial: ¿Qué se podría enseñar en la escuela para alcanzar esa libertad? En otras palabras, ¿Cuál debería ser el camino ideal que nos conduzca hacia la libertad en la escuela? Y ¿Cuál es el papel de las Ciencias Sociales en la construcción de esa libertad?
Y aunque las respuestas, en un sentido más poético: el listado de sueños, anhelos, utopías… que surgen como respuestas a esas preguntas, es en realidad muy amplio, de entre todas esas respuestas he escogido varios elementos que desde una visión reflexiva y subjetiva nos permitirán indagar acerca de la posibilidad de construir la libertad en la escuela.
Entre esos elementos encontramos, en primer lugar la categorización del concepto de libertad, es decir, las posibles definiciones desde las cuales esta se podría abordar.
En segundo lugar, debemos tener en cuenta cuales son las condiciones y el objeto de una ética de la libertad en la escuela así como el papel del docente en la construcción de una eticidad libertaria.
Por otra parte, nos encontramos con una serie de obstáculos que se encuentran en el camino de la enseñanza de la libertad en la escuela los cuales es necesario mencionar. Finalmente, toda enseñanza de la libertad trae consigo una serie de implicaciones, que en un sentido positivo le permiten a las persona desarrollarse como sujetos humanistas, sobre las cuales también es conveniente indagar.
Precisamente, el objeto de este breve preámbulo es el de establecer unas posibles vías de análisis alrededor del tema de la libertad y su enseñanza en la escuela.
Posteriormente, desglosaremos y desarrollemos cada uno de los elementos mencionados. Aquí se corre un riesgo filosófico, teorizar sobre el sentido pedagógico de la libertad en la escuela, o por el contrario, si este camino nos llevará a encontrar que ésta es imposible de lograr.
Mucho más si se trata de las ciencias sociales, ya que lo ideal sería no desligar a la libertad de la enseñanza de las mismas।
Libertad que implica todo lo que el ser humano y en este caso, los chicos, quisieran llegar a ser. Se trata de esa libertad que desearía tener hasta el ser humano más lisiado por dentro.
Es así como al preguntarnos que se debe enseñar en la escuela, en el camino de una respuesta surgen también mil interrogantes entre los cuales podemos encontrar algunos en especial: ¿Qué se podría enseñar en la escuela para alcanzar esa libertad? En otras palabras, ¿Cuál debería ser el camino ideal que nos conduzca hacia la libertad en la escuela? Y ¿Cuál es el papel de las Ciencias Sociales en la construcción de esa libertad?
Y aunque las respuestas, en un sentido más poético: el listado de sueños, anhelos, utopías… que surgen como respuestas a esas preguntas, es en realidad muy amplio, de entre todas esas respuestas he escogido varios elementos que desde una visión reflexiva y subjetiva nos permitirán indagar acerca de la posibilidad de construir la libertad en la escuela.
Entre esos elementos encontramos, en primer lugar la categorización del concepto de libertad, es decir, las posibles definiciones desde las cuales esta se podría abordar.
En segundo lugar, debemos tener en cuenta cuales son las condiciones y el objeto de una ética de la libertad en la escuela así como el papel del docente en la construcción de una eticidad libertaria.
Por otra parte, nos encontramos con una serie de obstáculos que se encuentran en el camino de la enseñanza de la libertad en la escuela los cuales es necesario mencionar. Finalmente, toda enseñanza de la libertad trae consigo una serie de implicaciones, que en un sentido positivo le permiten a las persona desarrollarse como sujetos humanistas, sobre las cuales también es conveniente indagar.
Precisamente, el objeto de este breve preámbulo es el de establecer unas posibles vías de análisis alrededor del tema de la libertad y su enseñanza en la escuela.
Posteriormente, desglosaremos y desarrollemos cada uno de los elementos mencionados. Aquí se corre un riesgo filosófico, teorizar sobre el sentido pedagógico de la libertad en la escuela, o por el contrario, si este camino nos llevará a encontrar que ésta es imposible de lograr.
Mucho más si se trata de las ciencias sociales, ya que lo ideal sería no desligar a la libertad de la enseñanza de las mismas।
Considero en este sentido, que esta separación es imposible. Sin embargo, lo que intentaré demostrar es que la cultura dominante, las instituciones escolares, la institución familiar son las que pretenden arrancar la libertad del útero educativo. Y que en este sentido, el problema es el desconocimiento que se hace de la libertad como factor esencial para llegar a una enseñanza ideal y a la vez, como fin último de este proceso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario